Desde muy paqueños los lazos que nacen entre padres e hijos es fundamental, lo importante es que esos lazos perduren en el tiempo. El amor, la calidad del tiempo que entreguemos a nuestros hijos es fundamental para formar buenas personas.
En los primeros años la imagen o ejemplo que persiban de nosotros nuestros hijos e hijas es fundamental para definir su moralidad, es decir lo bueno o lo malo, ellos aprenden del ejemplo y todo lo que ven que sus padres hacen es bueno por lo tanto permitido.
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